
¡Quiero bailar! Este es el grito de los niños y niñas que intuitivamente saben que la danza es una de las primeras formas de expresión del ser humano. La danza clásica establece la base de todos los movimientos y es una forma excelente de formar el cuerpo y la mente.
En el ballet se aprenden las técnicas tradicionales la danza clásica al mismo tiempo que se adquiere flexibilidad, coordinación y armonía de movimientos. Se trata de una disciplina muy rica y completa, que permite a los niños y niñas su expresión natural a través del movimiento y la música. Ayuda en el desarrollo corporal potenciando la flexibilidad y la fuerza. Saber controlar y mover el cuerpo es todo un descubrimiento, así como formar parte de coreografías y ejercicios en grupo. Este tipo de danza, que nació en Italia en el siglo XVII, forma a los niños y niñas en actitudes y valores importantes para su desarrollo, les permite compartir sensaciones y adquirir una buena base corporal si en el futuro quieren experimentar con otras modalidades de danza.